LA PLAYA
En salobre magia de soles y arena
caminan felices tomadas sus manos
sobre suave playa, la niña y su abuela.
Las olas embisten, prorrumpen ufanas.
Agitan su espuma y luego, se aplacan
retroceden lento
borran las pisadas.
Unas ya cansinas,
otras apuradas.
Sus miradas transitan por el horizonte
allí se confunden el cielo y el agua.
O en la blanca espuma del
mar encrespado,
furioso arremete contra la escollera,
ella, con empeño resiste su enfado.
Así como el tiempo
borra con su paso
todas las tristezas, las penas del alma,
así el mar eterno en vaivén constante
borra toda marca, cavila la abuela.
La niña gozosa disfruta el momento
espera cada ola, con risas y saltos.
Cuando ya la tarde opaca su encanto
con suaves matices rosas y dorados,
el sol se recuesta sobre el mar lejano…
En su reposera descansa la abuela,
la niña se aloja sobre su regazo.
En la tibia tarde se duerme el verano.
Volverán mañana a caminar descalzas
sobre arena fresca que da la alborada,
una nueva ola besará la playa
como cada día,
borrará pisadas.
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