No soy poeta, amo la poesía y me apasiona escribir, expresar mis sensaciones, describir las bellezas del universo de la manera más poética que logro. Inés Quilez de Monge.

miércoles, 18 de marzo de 2015

Poesía que obtuvo el 5º Premio en el Certamen de la Comunidad Marchigiana de San Francisco. "Acercando distancias"




 A MI ABUELA INMIGRANTE


Abuela inmigrante española y valenciana
con mucho amor y triste desarraigo,
al mar desconocido te lanzaste,
¡cuánto amor cultivaste en tus entrañas!
Salvar a tus hijos de la guerra
fue el motivo crucial de tu aventura,
marcharte de tu tierra tan amada
poco equipaje, solo amor y tu bravura.
Recuerdo tenuemente tu figura pequeña,
ojos tristes tal vez por los recuerdos,
que atesoraste de tu tierra valenciana
y que volverías a ver solo en tus sueños…
Dejaste en este suelo tus luchas y tu vida
hijos, nietos, bisnietos y un legado
trabajar con tesón y humildad todos los días
nunca supiste de horarios ni descansos.
Dios te tendrá a su lado dulce abuela,
en el lugar de los mártires callados,
junto a tantos inmigrantes luchadores
que dejaron su sangre en un país idolatrado.
Por siempre tus nietos te honraremos
sin olvidar tu esfuerzo y tu coraje.
Gran abuela española y valenciana
¡continuaremos tu  obra y tu linaje!


Myriam me hace entrega del Diploma obtenido.-

La Playa- Vacaciones en familia año 2015.-



sábado, 14 de marzo de 2015

Vacaciones en familia, año 2015

LA PLAYA

En salobre magia de soles y arena
caminan felices tomadas sus manos
sobre suave playa, la niña y su abuela.
Las olas embisten, prorrumpen ufanas.
Agitan su espuma y luego, se aplacan
retroceden lento  borran las  pisadas.
Unas  ya cansinas, otras apuradas.
Sus miradas transitan por el horizonte
allí se confunden el cielo y el agua.
O en la blanca espuma del  mar encrespado,
furioso arremete contra la escollera,
ella, con empeño resiste su enfado. 
 Así como el tiempo borra con su paso
todas las tristezas, las penas del alma,
así el mar eterno en vaivén constante
borra toda marca, cavila la abuela.
La niña gozosa disfruta el momento
espera cada ola, con risas y saltos.
Cuando ya la tarde opaca su encanto
con suaves matices rosas y dorados,
el sol se recuesta sobre el mar lejano…
En su reposera descansa la abuela,
la niña se aloja sobre su regazo.
En la tibia tarde se duerme el verano.
Volverán mañana a caminar descalzas
sobre arena fresca que da la alborada,
una nueva ola besará la playa
 como cada día, borrará pisadas.

Inés Quilez de Monge