Siento ansias de vivir dichosa,
será que vi incontables flores este día,
espero que aún cuando esas flores mueran,
permanezca en mi alma la alegría.
Es que el rosal de blancas rosas se ha cubierto,
malvones y petunias, todo está florecido.
Plenamente rosado está el lapacho,
antes triste apagado, desvaído.
La santa Rita dispersó sus flores
para crear el más intenso colorido.
Cual demencial explosión el limonero,
de azahares revistió todas sus ramas,
su perfume envolvió el aire mañanero,
como arcano regalo a los que ama.
El trinar de los pájaros no cesa,
parques y plazas de niños se colmaron,
mi corazón sereno me insinúa,
me detenga un instante a contemplarlos.
En enigmático recuerdo surge mi familia,
mis hijos, amigos, mis hermanos.
Colme el Señor de tierna primavera
el corazón de todos los que amo.
Inés Quilez de Monge
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