HOMBRES DE CAMPO
Bajo la enramada de la vieja casa
Bajo la enramada de la vieja casa
descansan los hombres tras ardua
jornada.
Ojos entornados para ver
distancias,
aspiran el áspero olor a tormenta.
El cielo oscurece, las ramas se
agitan
nubes andariegas apuran su marcha.
Se mecen, danzan, empujan ufanas
brillan los relámpagos fugaces
estallan.
Ya el viento arremete, sonido a
metralla.
Hombres que mantienen sus miradas
altas
saben lo que esperan, las tristes simientes
bajo tierra seca con ansias
de agua.
¡Benditas las gotas! ¡Bendita la
lluvia!
Resuenan los techos con blanca
frescura.
Pava y mate en manos, compañeros
fieles.
Brasero al rojo calor de las llamas,
calidez del humo en busca de aire.
Lluvia cantarina cual dulce cascada.
La tierra agradece con brunas
palabras.
Semillas sedientas absorben el
agua.
Hombre de campo es ésta tu paga.
Plantas arrogantes y espigas
doradas.
Será suave el gusto a uvas maduras
del vino que bese las secas
gargantas.
Tierno y dorado el pan en las mesas,
como en los altares oraciones
sacras.
Hombre campesino, seguirá tu
esfuerzo,
en arduas tareas y jornadas
largas….